MACROMANIFESTACIÓN 24J frente al Régimen del 78 y la Agenda 2030 – Un éxito sin precedentes silenciado por los medios – Un Movimiento nacional de Liberación.

Más de 23.000 personas, de toda ideología, edad y condición, abarrotaron las calles de Madrid el 24 de junio, dando un paso sin precedentes en la Historia de España. Por primera vez, un movimiento puramente civil, al margen por completo de todo partido político u organización afín, se organizó para mostrar su rechazo a la globalista Agenda 2030 y a su brazo ejecutor: el Régimen del 78. La coordinadora del evento ha trabajado incansablemente durante meses, haciendo posible lo que parece imposible: que miles de personas de izquierdas o derechas, y defensoras de todo tipo de causas sociales distintas, se pusiesen de acuerdo.

La Macromanifestación del 24J ha sido silenciada por prácticamente todos los medios del Régimen, porque su mensaje y su espíritu es lo más peligroso que existe para los cimientos del sistema. Esta Macromanifestación transporta un mensaje de ruptura total de paradigma: de no votar más, de apagar los televisores, de no pagar la luz, de pagar siempre en efectivo, de dejar de creer las mentiras oficiales, de dejar de creerse las ideologías, de dejar de ver a los demás como enemigos políticos, sino verlos como hermanos.

En suma, esta Macromanifestación ha sido un paso adelante en el empoderamiento civil, en el hermanamiento de todos los españoles, al margen por completo del sistema establecido. Una comunión patriótica, más allá de las ideologías de cada uno, y con el fin de tumbar el sistema establecido. Sin violencia, con actos éticos: con la fuerza de la Verdad y la Paz.

Se reunieron con espíritu festivo y desenfadado multitudes variopintas, de todo tipo de colectivos civiles cada uno con su causa particular (causas muy serias), pero conscientes de que el germen de todo el mal que asola a la nación es Uno: el Globalismo, a través de la Agenda 2030, y el Régimen del 78, que lo implementa en España.

La palabra que puede definir a esta Macromanifestación sin precedentes es una: el «NO». Un gran NO libertador, salido del alma. Esta Palabra de Poder es el inicio de toda sanación y abuso. NO es lo que el abusado le dice al abusador. NO es la expresión primordial que detiene las cosas que van mal. Es un «Ya basta». Es un «Se acabó», «Hasta aquí».

NO se va a aguantar más. NO se va a colaborar más en un sistema que nos hace daño.

No a la OTAN, no a la OMS, no a la UE, denuncia a los tratamientos oscuros y experimentales que han inoculado en la sociedad, denuncia a los experimentos de geoingeniería, denuncia a la pederastia institucional, denuncia a la corrupción judicial, denuncia al fraude electoral, denuncia a la destrucción de nuestros recursos naturales, en suma: denuncia a los abusos de la tiranía estatalista frente a los que el pueblo queda indefenso, por la falta de democracia y de límites efectivos a la clase gobernante.

La supervivencia de España requiere un cambio total de sistema. Una nueva Constitución, que sea real, traída desde el pueblo, desde abajo, e impuesta hacia arriba, hacia los poderosos.

Se habló de no crear otra vez partidos, ni asociaciones, ni grupúsculos para tratar de cambiar algo, sino de insumisión civil de todos los españoles, de movimiento social. Este día nació todo un movimiento nacional de Liberación, más allá de los egos, con la lección aprendida de que el camino no es las ideologías, sino ir a la raíz del problema, el sistema en sí mismo.

Al sistema no le gusta que se hable del sistema. Por eso los medios silenciaron tan masivo acto. Estas más de 23.000 personas abarrotaron la Gran Vía. Abarrotaron la puerta del Congreso de los Diputados, donde se dieron discursos conmovedores. Se habló de pueblo, de Libertad, de dejar ya de obedecer al sistema: de cambiar su misma raíz, las mismas reglas del juego.

La mayor arma del sistema es el silencio y la censura disimulada; su segunda arma es la mentira y la manipulación. Clara muestra de ello fue el deplorable artículo escrito en el periódico El Plural, que tildó a la macromanifestación de «fracaso»: ¡todo ello sin poner apenas una foto! ¡Sin dar ni una sola cifra de asistencia! ¡Sin poner fotos siquiera de la cabecera! ¿Cómo llamar a eso «periodismo»? ¿Cómo pueden dormir por las noches? Y por supuesto, sin dar una sola referencia del contenido de los discursos que se dieron, no vaya a ser que esto del Yo No Voto se vaya a poner de moda, y vaya a peligrarles el cortijo que tienen montado.

Y cómo no, se relacionó la manifestación con la «extrema derecha», así, sin argumentar nada, y mintiendo descaradamente. La ignorancia, y el odio ciego, son sus armas arrojadizas. Llaman «extrema derecha» a todo tipo de personas, de toda edad, de todo sino, profesión y estrato social. Incluso a gente con pintas de «alternativos» y con banderas de la Segunda República. ¡Todos de «extrema derecha»!

Pedir separación de poderes y representación del ciudadano. ¡Qué «extremadamente de derechas» es eso! Llaman «fascismo» a lo diametralmente opuesto al Estado fascista. No extraña cuando un periódico es lo diametralmente opuesto al periodismo.

Luego hubo una tímida reseña en Twitter por parte del medio Europa Press, pero más de lo mismo: si bien dieron una cobertura algo más honesta, no sacaron ni una foto de las pegatinas Yo No Voto que inundaron la manifestación entre los asistentes, y tampoco sacaron la cabecera de la manifestación, con las proclamas visibles de abstención activa frente al Régimen del 78.

El silencio y la mentira mediática son clara muestra de la enorme alarma que este movimiento de insumisión le genera al Poder establecido. Como la columna vertebral del Poder establecido es la sumisión de los gobernados, lo que más teme el Poder es que la gente empiece a desobedecer.

En el 24J se dio un paso importantísimo en la conciencia de buena parte de la sociedad española. Un paso más en la historia de nuestra nación, que se recordará y saldrá en los libros. Germinó una semilla Pre-Constituyente.