Domingos de Acción Constituyente: 25 de septiembre de 2022.

Los abstencionarios malagueños se concentraron en su labor imparable de darle la vuelta a la relación de dominación que nos oprime (del Estado al pueblo), para que sea a la inversa (del pueblo al Estado). Ya que vivimos en el mundo del revés, se hace precisa una revolución de 180 grados para devolver la cordura a las cosas.

Este domingo, el poder estatal del cual somos esclavos nos situó en otra localización distinta a la habitual de la plaza de la No-Constitución del ágora malagueña, poniéndonos en la señorial Alameda principal.

Allí nos recibió un grupo de policías que nos hizo múltiples fotos. Nos tienen más que fichados, sin embargo, nos consta de buena fe que más de un policía simpatiza con el movimiento liberador frente a la partidocracia y los desmanes de las oligarquías que nos gobiernan y nos saquean.

Estuvimos Eliseo, Juanlu, Luisa, René y su pareja, Paco, David, Carlos, Remedios, Vishnu y un nuevo camarada llamado Fidel, quien no sólo mostró conocimientos de geopolítica e historia de gran hondura, sino un corazón indómito cual almogávar de presta espada, con ímpetu por avanzar a nuestro lado en la liberación del pueblo español.

Como suele ocurrirnos, muchas personas mostraban su plena conformidad con nosotros, y otras simplemente pasaban de largo, tal vez inconscientes del verdadero agujero a donde nos abisma el poder político descontrolado, o, tal vez, desesperanzadas que no ven salida alguna y prefieren no mirar.

Como anécdota se nos paró una persona indigente, que se quejaba de la vergüenza de las prestaciones públicas del supuesto Estado del «bienestar»: que no le concedían ninguna, y no obstante, señalaba lo bien que viven los políticos con sus mordidas en órganos inútiles.

Se paró una chica, estudiante de Ciencias Políticas, a debatir con René (tal vez nuestro más elocuente síndico). Tras un rato donde compartieron argumentos, escuchándose de verdad el uno al otro, se puso de relieve que en el Congreso español no hay una verdadera y efectiva representación del pueblo, sino empleados a manos de los partidos políticos, que son a su vez camarillas controladas por unos pocos oligarcas. Entonces la chica cortó abruptamente el debate y se fue, a lo cual todos tratamos de explicar qué le paso…

Tal vez fue por el fenómeno bien conocido de la disonancia cognitiva, que hace insoportable para la psique humana vivir en contradicciones. De cualquier modo, la contradicción experimentada por esa persona tal vez sea el germen de una verdad que crezca en su interior y le brinde una nueva paz (la tranquilidad de la coherencia) a su visión y a sus acciones.

René introdujo otra hipótesis —en abstracto, sin referirse a esa chica—que él ha notado en muchos que se acercan a la desnuda verdad del Régimen. Ciertas personas piensan en el fondo como nosotros, pero debido a lazos que no se atreven a desatar, ni a pesadas alfombras que no se atreven a levantar, ven en nosotros el reflejo de lo que ellos no se permiten. Desean entonces nuestro fracaso, ya que le reflejamos un aspecto reprimido que ellos mismos, por alguna razón tal vez más profunda o traumática (incluso de dominio paterno o materno) no tienen el valor de enfrentar.

Un punto de vista cuanto menos interesante, y muestra más de lo que aprendemos unos de los otros cuando nos juntamos en esta lucha compartida, la lucha de todos y donde todos nos vemos reflejados.

Para mí, la comprensión hacia los demás no consiste en juzgarlos, sino en entender su propio camino y mundo interior. Ello implica respetar y honrar el proceso de evolución de cada persona en particular, así como nosotros tenemos también el nuestro que ha de ser respetado y honrado de igual forma  en todas sus fases.

Recordé entonces las palabras del gran Thomas Payne:

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