Gran acto abstencionario en Sevilla: «La estafa de las autonomías», 17 de junio de 2022.

La asociación civil abstencionaria Junta Democrática ha organizado un acto multitudinario para denunciar la estafa de las Autonomías, la falta de democracia en España (que es una partidocracia), y los problemas de abuso de poder, el despilfarro, la inflación y la ruina absoluta que ello inflinge a la clase gobernada, en beneficio de una cada vez mayor clase gobernante parasitaria.

El acto estuvo precedido del contratiempo de que el líder, orador e influencer Rubén Gisbert no pudo acudir por problemas de última hora. Pero esa coyuntura sirvió a los miembros de la asociación civil para improvisar soluciones. La necesidad afila los ingenios. Y de la puesta en marcha de la Inteligencia Colectiva, se organizó unas ponencias improvisadas de los propios miembros de la Junta Democrática que quisieron hablar, me manera humilde y en la medida de sus posibilidades.

Haciendo uso de esa Inteligencia del Colectivo, haremos la presente crónica a partir de los comentarios de los organizadores y asistentes.

Lo que pareció un contratiempo (la inasistencia de Rubén Gisbert) sirvió para madurar. Sirvió para darnos cuenta de que se acabó la era de los líderes, los mesías y los salvapatrias. ¡Eso es propio de los niños chicos! El pueblo, en ejercicio de la Libertad Colectiva, ya no precisa de líderes. En la nueva era todos somos protagonistas, todos tomamos consciencia de que somos almas únicas, preciosas y creativas, con algo único que decir y aportar al mundo y a nuestro prójimo. Nosotros mismos tenemos que darnos cuenta de ello, transformarnos interiormente y derrumbar nuestras creencias limitantes, sin necesidad que nadie del exterior venga a salvarnos.

Ese cambio de visión supone convertirnos en adultos. Supone evolucionar en consciencia, ser libres y asumir responsabilidades. ¡Convirtámonos también en adultos en lo político! Ser adulto, en una sociedad cada vez más infantilizada, resulta revolucionario.

La oportunidad de independizarnos del «padre» se ha convertido para esta asociación civil (también independiente del papá Estado) en una oportunidad demostrar el vigor, el compromiso y la honestidad que llevarán a España a un Renacimiento. Se romperán los viejos paradigmas y nacerá lo nuevo, sanando y aceptando las heridas anteriores de la España rota, partida en trozos por la partidocracia.

Del mismo modo que somos independientes de papá y mamá como personas adultas, y asumimos serios compromisos y responsabilidades sin esperar a que nadie nos salve en la vida, lo mismo traeremos a la política española: no esperar que nadie nos salve, ni nadie que nos haga el trabajo, sino transformarnos nosotros, trabajar interiormente, sacarnos nosotros mismos las castañas del fuego como país, y no depender de ningún líder, ni famoso, ni portavoz ni influencer que valga para esa tarea. ¡El Colectivo que aspira a ser Libre es de sobra autónomo para ello!

En su afán de crecimiento hacia una sociedad adulta, asertiva y responsable, la Junta Democrática se fortalece de forma imparable. Somos ya mayorcitos, y no necesitemos ruedines para montar solos en la bicicleta.

En el acto se reunieron más de 350 personas presencialmente, y hubo más de mil espectadores online por streaming. Los discursos emocionaron profundamente por su frescura y naturalidad. De este modo, todas las delegaciones de la Junta Democrática respondieron a la llamada y estuvieron a la altura de las circunstancias, para ofrecer en Sevilla algo que nunca se había visto antes: un acto reivindicando la Libertad Política Colectiva. La libertad de todos.

El público asistente al acto y ajeno a la Junta Democrática estuvo muy atento y receptivo a la información que le llegaba y se le facilitaba en mano. Los carteles pidiendo la abstención electoral como arma de desobediencia civil y emancipación nacional, sin importar la ideología de izquierdas o derechas, dieron mucho que hablar y despertaron la curiosidad por lo novedoso. ¡Todos estaban acostumbrados a que alguien les pida el voto! Hubo muchos contactos nuevos y ganas de asociarse, así como preguntas de cómo hacerlo.

Tras la finalización del acto, algunos abstencionarios marcharon por las calles de la ciudad con carteles y proclamas, con el aplauso de mucha gente desde las terrazas de los bares: «¡Eso es!» «¡Yo tampoco voto!».

La capital de Andalucía, sede del Poder del Reino Taifa del sur de España, necesitaba algo así. Porque especialmente en esta tierra de latifundios, la servidumbre y la red clientelar del Estado está muy arraigada desde antiguo. Este acto libertador y abstencionario en la villa hispalense, desde luego, no dejó a nadie indiferente.

La adultez que en resumidas cuentas es la democracia (convertirnos en los jefes de los políticos, pagarles, y poder echarles) llegará a España más pronto que tarde. Las consciencias se están despertando.

España se cohesiona, España se vuelve adulta, ¡España será una democracia!

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