Es imposible vencer al PP-PSOE. La única vía es la abstencionaria.

Con este artículo demostraré que en España es imposible derrotar electoralmente al PP-PSOE, y que votar a algún otro partido es completamente inútil. El PP-PSOE siempre ganará.

Demostrado queda, durante 40 años de partidocracia, que el Régimen del 78 es irreformable y que el poder político al final siempre queda mantenido por el PP-PSOE de manera férrea. ¿Por qué este partido (para mí el PP-PSOE es un solo partido) sigue en el poder a pesar de las barbaridades que han cometido?

Veámoslo. La mera experiencia de 40 años nos dice que es imposible que el PP-PSOE deje de gobernar. Por mucho que se intente y se intente, al final siempre ganan. Todo intento de cambio siempre se fracasa. Existe una especie de mano invisible del PP-PSOE que tiene por completo paralizadas a las fuerzas transformadoras de la nación.  

Ocurre el fenómeno extraño de que los demás partidos del sistema tarde o temprano son consumidos o ninguneados. Todos salvo el PP-PSOE, que siempre sobreviven, que siempre ganan. El resto se convierte en partidos-muleta o directamente acaban desapareciendo. Véase el caso de UPyD, C’s… eliminados por completo, o el caso de Podemos y sus confluencias, que van por el camino de la debacle. Ni siquiera Vox, la última muleta del Régimen, parece salvarse de esta inexorable regla, habiéndose detenido en seco su avance.

¿Qué ocasiona este fenómeno? ¿Por qué siempre perecen los otros partidos? ¿Por qué el PP-PSOE son los únicos que sobreviven frente a las aniquiladoras llamas del Poder político en este sistema?

No tengo respuesta clara a ese insólito fenómeno, pero esa es su realidad observable e indudable. Así pues, habida cuenta de esa suerte de maldición para los partidos-muleta, lo más inteligente para ellos es no perseguir el poder, sino quedarse como criados del PP-PSOE: conformarse con un papel de actores secundarios, el cual les ahorra responsabilidades, les evita el consabido desgaste, les asegura sueldos y se llevan una parte del botín.

Para responder a este curioso fenómeno barruntaré dos posibles causas. La primera es un tanto arriesgada y poco probable, aunque posible, mientras que la segunda me parece más segura.

La primera causa estriba en la posibilidad de un fraude electoral a través de la oscura empresa INDRA, hecha posible por la connivencia de los partidos-muleta, que como hemos visto, les conviene más mirar hacia otro lado y poner la mano para cobrar.

Tomo como indicio que tanto Podemos como Vox criticaron ferozmente en sus inicios las irregularidades del proceso electoral (allá por 2015), pero una vez obtuvieron cargos y prerrogativas, una vez se acercaron al Poder, ya dejaron de criticar el tema. ¿Por qué razón? ¿Tal vez porque les sale más rentable aceptar el reparto de INDRA? ¿Tal vez sus cúpulas aceptaron la Ley del Silencio del PP-PSOE?

No puedo tomar en serio como argumento que el resto de los partidos minoritarios sí pueden verificar el proceso electoral, ya que carecen de medios para ello. Sólo organismos con un gran aparato por todo el Estado (como Vox y Podemos) pueden hacer un recuento paralelo en sus respectivas sedes. En cambio, los partidos minoritarios deberían estar en todos y cada uno de los colegios electorales para sumar las actas, y no es el caso. En muchos colegios, sobre todo de municipios remotos, no hay interventores de tales partidos minoritarios, sólo hay del PP-PSOE.

Por otro lado, las Juntas Electorales, que están compuestas por jueces y controladas jerárquicamente por las órdenes de la Junta Electoral Central, tampoco conforman una garantía plena de la transparencia del proceso. De hecho, he oído de varios testigos en grupos de Telegram que los recuentos en las Juntas Electorales se hacen por encima, sin abrir todos los sobres, con múltiples infracciones a la LOREG, y al final, por órdenes de arriba y para ahorrar trabajo, se limitan a copiar los resultados de INDRA.

Recomiendo este vídeo del interior de una Junta Electoral, donde puedes comprobar con tus propios ojos las múltiples irregularidades del recuento y la falta total de transparencia:

Tampoco ayuda el hecho de que, al ser las Juntas Electorales organismos compuestos por jueces, las demandas que se planteen por las irregularidades en el proceso son enjuiciadas por ellos mismos. Y lógicamente, así como la Junta Electoral Central daría las órdenes de hacer un recuento por encima y en lo demás copiar los resultados de INDRA, también daría órdenes de desestimar ipso facto cualquier demanda judicial por las ilegalidades cometidas, con la disuasoria condena en costas.

Si a pesar de ello alguien me sigue oponiendo que el proceso es transparente, yo me pregunto: ¿entonces por qué no se suben las actas a Internet, para que todos podamos comprobarlas y cualquiera pueda hacer el recuento?

¿Por qué las actas que se envían a las Juntas Electorales acaban desapareciendo y no se hacen públicas? Invito a cualquiera que lea esto a que intente acceder a todas las actas de las últimas elecciones. No podrá acceder a ellas. ¡Qué misterio!

Con lo fácil que sería subirlas a Internet… ¿por qué no se hace? Es un fenómeno sin explicación, y que contribuye a que me plantee la posibilidad del fradue sistémico.  

Ahora abordaré la segunda causa por la que el PP-PSOE siempre gana. Esta causa me parece menos arriesgada y más simple: en España el PP-PSOE siempre va a ganar porque la clase funcionarial, y las personas que de una forma u otra viven del Estado o están cerca del poder político, votan en masa al PP-PSOE; les votan de manera fiel e inquebrantable, pase lo que pase, hagan lo que hagan.

Esto hace técnicamente imposible que el PP-PSOE deje de ganar siempre las elecciones. Porque en España hay una población cada vez más dependiente del Estado y cada vez más vinculada al poder político, al statu quo brindado por el PP-PSOE.

Entonces, si el fenómeno de los estómagos agradecidos hace imposible que el PP-PSOE pierda unas elecciones, ¿cómo traer un cambio a España? ¿Cómo podemos vencer al PP-PSOE? La respuesta me viene inmediata y nítida: dejando de jugar al juego inventado por el PP-PSOE. Dejando de votar a cualquier partido, dando la espalda al sistema, dejando solo al electorado fiel e invencible del PP-PSOE. Está claro que votar a un partido-muleta lo que hace es que, al final, siga ganando el PP-PSOE. ¡Los demás partidos son un engaño del PP-PSOE para hacernos creer que hay democracia, y para hacer que ellos se mantengan por turnos en el poder como llevan haciendo 40 años! 

Hoy en día, millones de españoles nos abstenemos, mientras que el voto a partidos-muleta también es secundado por millones. ¿Y si uniésemos ambas fuerzas? Por lógica, es más fácil unirse en el abstencionismo, pues éste no tiene ideología. Es mucho más fácil que crear un nuevo partido, pues las disputas internas al final le harán el juego al PP-PSOE como siempre pasa.

Así, si al bloque abstencionista se sumasen todas aquellas personas que votan a partidos-muleta, la abstención sería muy superior al 60%. Y si ese bloque se convierte ya en abstencionario, es decir, que no participa electoralmente pero que lucha activamente desde la sociedad civil para derrumbar el sistema y propiciar un cambio de reglas de juego, entonces sí que habría una posibilidad de ganarle al PP-PSOE.

Ganarle al PP-PSOE sería posible porque no jugaríamos con sus reglas (lo cual hemos visto que siempre que intenta se pierde). Ganar desde el asbtencionismo sería posible porque ni siquiera el PP-PSOE puede gobernar un país sublevado activamente contra ellos; un país con el 60% de la población en contra del Gobierno y movilizado hasta lograr la victoria. Resulta difícil… sí, pero no imposible, ¡he ahí la única posibilidad! Votar a cualquier otor partido distinto al PP-PSOE hemos visto y comprobado que siempre fracasa. ¡No hay más solución que la abstención!

El éxito por supuesto que no está garantizado, pero como el pueblo nunca lo ha intentado, no sabemos si al final podría funcionar. El que diga que «no puede funcionar» es presuntuoso: ¿cómo lo sabe si nunca se ha intentado? Lo que sí sabemos, garantizado al 100%, es la derrota por vía electoral: se han intentado muchas veces durante décadas, con un 100% de fracaso en todos y cada uno de los casos. ¿Qué razón hay de continuar en lo que se ha demostrado que no funciona?

Aceptando el hecho de que electoralmente es imposible ganar al PP-PSOE, hay que abandonar el voto a cualquier otro partido: el pueblo ha de dejar ya la imposible lucha electoral desde dentro del sistema, e iniciar la abstención activa como nueva senda transformadora desde fuera.

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