Sábados mensuales de acción: Antequera, 2 de abril de 2022.

Hoy la Junta Democrática ha estado presente, por primera vez, en la noble villa de Antequera. Estuvimos Carmen, Luisa, Antonio, Juanlu y yo.

Al poco vinieron Inés y su compañero: dos jóvenes asociados que viven allí, deseosos de encender la mecha revolucionaria en la comarca entera. Y finalmente vino otro camarada de Loja, que nos apoyó con una gran bandera de la nación española desprovista del escudo estatalista.

Una vez volvíamos de tan agradable paraje, Carmen, Antonio y yo reflexionamos sobre la conexión entre lo material y lo espiritual en lo político. Dijimos que de nada sirve si traemos a España una democracia en las instituciones, si ello no viene acompañado de un cambio de paradigma en la consciencia colectiva. Un cambio de valores en la sociedad. Un cambio de espíritu.

Abriendo el melón del cambio radical de sistema, en el periodo de libertad constituyente, se removerá el espíritu colectivo nacional. De una verdadera unión civil contra el Estado y el sistema impuesto, saldrán nuevos valores de fraternidad y consciencia de los españoles como pueblo en el mundo. Tal lucha colectiva transformará para siempre la sociedad española y su historia. Y entonces podrán sanarse los grandes traumas y miedos atávicos que se arrastran en nuestro subconsciente como largas sombras del pasado, transmitidas por nuestros abuelos y padres de generación en generación.

Volveremos a enfrentarnos a esos fantasmas y a esos miedos tan hondos, que nos vuelven temerosos e insolidarios hacia la sociedad… pero es la manera de liberarnos y de crecer como seres humanos. 

Crecer es cambiar. El crecimiento es vida, mientras que lo que no crece se va muriendo. Es propio de lo joven crecer, y de lo viejo decrecer; la juventud es vitalidad, mientras que la vejez es decrepitud.

La edad de uno poco tiene que ver con eso: hay corazones jóvenes en cuerpos de viejos, y corazones de viejos en cuerpos de jóvenes. Crezcamos, pues, para gozar de vida y espíritu juveniles; seamos jóvenes y vitales de alma, sin importar cuantas primaveras contemos.

Para conservarte siempre joven y vital, cambia constantemente. Cada etapa de tu vida es un horizonte de expansión y crecimiento completamente nuevo. Asume hoy un nuevo paradigma, superando las viejas ideas que hoy rigen en la sociedad: deja atrás el materialismo egoísta, insolidario y lleno de miedo hacia todo lo nuevo; deja de enfrentarte a los demás con ideologías y divisiones estériles, y hazte amigo de todo el mundo: trata a los demás como si fuesen tus propios hermanos. Tu prójimo tiene tus mismos problemas y tus mismas heridas, aunque no lo parezca. Todos somos Uno. No te sigas desentendiendo del colectivo: ellos son tú mismo también.

Deja atrás la creencia infundada de que un cambio es «imposible», instalado en un estéril cinismo y escepticismo que a nada nos ha conducido, más que a estancamiento social y a servidumbre voluntaria a favor de los partidos estatales.

Al dicho Salga el sol por Antequera, hoy añado: ¡Salga el sol por la Libertad Colectiva!

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