Domingos de Acción Constituyente: 6 de marzo de 2022.
Este domingo 6 de marzo de 2022 tenía dos opciones: la opción tradicional o la opción excepcional. La opción tradicional consistía en quedarme en el sofá, jugar a la Play o quedar con alguien para tomar algo. La opción excepcional se basaba en acudir a la Plaza de la No-Constitución con mis compañeros de la delegación de la Junta Democrática en Málaga y reivindicar que llevamos 43 años en una partitocracia. Opté por la vía excepcional.
Me vestí y salí por las escaleras porque el ascensor estaba muy alto y tenía que esperar más. Por las escaleras iba casi corriendo, como cuando quedaba con mis amigos para jugar abajo en el patio. Me movía una ilusión parecida a la que experimentaba en la infancia.
Hace unos días hablé con un antiguo compañero de la carrera sobre la Junta Democrática y las acciones que se están llevando a cabo. Le invité a que, si quería, se pasase por la plaza algún domingo. Me respondió que «él era más de disfrutar». En mi interior pensé, ¿es qué acaso los que vamos a la plaza nos estamos aburriendo o estamos sufriendo? En su cabeza seguro que pensaría que cómo va a desperdiciar una mañana entera teniendo al alcance de la mano un chiringuito, una playa y una cerveza. ¿Se referiría a eso con la palabra disfrutar?
Este domingo era algo peculiar. La población tenía una serie de distracciones que hizo que los compañeros cambiásemos nuestra ubicación. En la Plaza de la No-Constitución había montado un escenario, con disfraces gigantes, decorativo llamativo y música alta. Creíamos que, en este mundo del estímulo constante, la gente iba a mirarnos menos ese día. Mis compañeros Joana, los dos Juanes, Ale, María Luisa, Andy, Jaime, Adrián, Vishnu y yo nos reubicamos al principio de la calle Larios y pusimos nuestras pancartas.
La mayoría de la gente se queda mirando las pancartas. Otros las leen más detenidamente. Otros tantos dicen «estoy de acuerdo» y se van (lo que viene siendo soltar un «like» mediante las leyes de la física). Y una minoría se interesa y se para a hablar.
De estos últimos también existen diversas categorías de interesados. Están los que empiezan directamente a hablar con un tono conflictivo: «NO VOTANDO NO VAIS A CONSEGUIR NADA». Están los que salen con otros temas: «LAS ÉLITES GLOBALISTAS NOS DOMINAN, MIRA LA PLANDEMIA». Existe otro sector más moderado y mayoritario que sí discute y propone alternativas. En general, éstos están de acuerdo en la idea de que existe una partitocracia, pero no en la solución. Algunos dicen que recojamos firmas y otros dicen que nos convirtamos en un partido político.
Pero párese usted a pensar. El artículo 87 de nuestro papel mojado de nuestra No-Constitución recoge la posibilidad de que los ciudadanos, mediante 500.000 firmas, puedan proponer una ley. Pero dicha proposición no está obligada a ser atendida. ¿De verdad usted es tan ingenuo de creer que recogiendo 500.000 firmas vamos a cambiar el sistema político español entero? Es como pedirles a tus padres mileuristas un Tesla híbrido con alas por Navidad. Sigue soñando hijo.
Pero párese usted a pensar. Si estamos en contra del Estado de Partidos, ¿cómo vamos a convertirnos en un partido político? ¿Tan de moda está la hipocresía en la sociedad que ya pasa desapercibida?
Sé que nuestra tarea es difícil. Pero también sé qué toda idea parte de una (1) persona. Todo cambio y toda revolución siempre surge de una semilla. Todo empieza de la misma manera. Y tenga por seguro, que quedándose en el sofá los partidos van a seguir recibiendo subvenciones públicas y que la corrupción va a continuar siendo factor de gobierno.
Queremos representación y queremos separación de poderes. Queremos democracia. Por la opción tradicional no la vamos a conseguir desde luego. Yo opto por la opción excepcional. Por eso le digo a mi círculo de familiares y amigos lo que defiendo. Por eso me asocié a la Junta Democrática de España. Por eso voy los domingos a la plaza.
Que lo excepcional se convierta en tradicional. Que la partitocracia se convierta en democracia.