¿Quién guía al elefante?

La sociedad española lleva expuesta más de dos años a dos eventos calamitosos sobrevenidos a una situación previa ya difícil. Además se da la circunstancia de que estos dos eventos solo pueden ser debidamente ponderados mediante la información obtenida por terceras personas, en este caso, a través de las autoridades políticas y los medios de información.

Nuestro cerebro ha sido diseñado por la naturaleza para que la información recibida por los sentidos sea debidamente integrada en él, y así construir lo que denominamos realidad exterior. Es decir, son los políticos y los medios de comunicación los informantes protagonistas de la pandemia y de la guerra entre Ucrania y Rusia. En este sentido, son ellos los que nos proporcionan los planos para que nosotros construyamos nuestra realidad exterior en lo que a ello concierne.

Visto así se comprenderá que el valor moral de la Verdad tiene una justificación absoluta, puesto que cuanto más veraces sean esas fuentes, más precisos son nuestros planos arquitectónicos. Cuanto más profunda y precisa sea nuestra visión del mundo, mejor podremos afrontar la toma de decisiones para nuestro futuro.

De acuerdo con lo anterior, la cuestión es: ¿contamos con los mejores políticos y los mejores medios para llevar a cabo la labor de representar ese mundo?

Se sabe igualmente que nuestra mente se sustenta en una comunicación permanente con su cuerpo y el resto del entorno. En esa comunicación las emociones juegan un papel importantísimo, hasta el punto que se ha acuñado por la psicología la expresión «razonamiento emocional».

Cuenta el profesor Jonathan Haidt en su libro The Happiness Hypothesis que la mente podría considerarse como dividida en dos partes que a veces entran en conflicto. En la descripción de este conflicto, utiliza la metáfora de describir esta división en una parte que sería un pequeño jinete subido inseparablemente en un enorme elefante. El jinete representa la consciencia, o lo que podríamos llamar procesos controlados que se basan en un pensamiento dirigido intencionadamente. El elefante representa todo lo demás que sucede en nuestras mentes fuera de nuestra percepción intelectual: los procesos que podrían llamarse intuitivos, inconscientes o automáticos.

Siguiendo con su metáfora, el profesor Haidt, tras un trabajo de investigación, propone que el jinete generalmente funciona más como un obediente sirviente del elefante que como un diestro guía, y que donde demuestra este jinete una verdadera destreza, es en justificar la conducta del elefante «ex post», es decir, después de obedecerle.

El razonamiento emocional es la distorsión cognitiva que tiene lugar en el momento que el jinete interpreta lo que le está sucediendo de un modo coherente con el estado emocional del elefante. sin preguntarse si esa reacción emocional está justificada por los hechos realmente sucedidos.

A la vista de lo anterior, debemos preguntarnos: ¿pueden nuestras fuentes informativas y políticas estar utilizando el razonamiento emocional en beneficio propio? Creo que esta pregunta es obligada para cualquier persona con un mínimo sentido de la responsabilidad hacia él y hacia los demás, incluyendo aquí naturalmente a las víctimas de la guerra en Ucrania.

Para detectar una posible distorsión cognitiva, la solución que propone el profesor Haidt es la de acudir a la Terapia de Conducta Cognitiva. Esta terapia fue desarrollada por el psiquiatra Aaron Beck, y básicamente consiste en entrenar a los pacientes con problemas de ansiedad o depresión, entre otros, a identificar lo que él denomina pensamientos automáticos, los cuales actúan de manera casi imperceptible en nuestra rutina diaria. En estos desórdenes, los pensamientos automáticos generalmente recrean falsas situaciones o las exageran. Pues bien, cuando los pacientes pudieron corregir estas exageraciones, o destruir estas falsedades considerando explicaciones alternativas, evaluando la lógica de sus conclusiones o buscando una evidencia de ello, el profesor Beck encontró que sus pacientes empezaban a mejorar.

Asimismo, desarrollando su teoría, el profesor Beck vio que en estas personas había un sistema de creencias que cuando se activaban por una situación particular, estas creaban una interpretación o malinterpretación generalmente en forma de pensamiento automático, lo que le llevó a identificar los denominados por él «schema» , refiriéndose con ello a estructuras mentales más o menos duraderas que cuando se activan producen los pensamientos automáticos.

Pero a lo que aquí me interesa, y aludiendo a un magnífico artículo suyo (A 60-Years Evolution of Cognitive Theory and Therapy)  publicado en el año 2019 sobre las aplicaciones de su terapia a los desórdenes psicológicos específicos, señala el profesor Beck lo siguiente:

También estudié la ira y la agresividad intensamente en las relaciones de pareja y encontré sistemáticamente que la mayoría de los episodios de ira podrían ser atribuidos a procesos cognitivos (Beck, 1988). Ellos tendían a mostrar un amplio rango de sesgos, particularmente atencionales (observando solamente conductas negativas y no positivas), interpretativas (creando interpretaciones negativas de conductas neutrales y exagerando aquellas conductas negativas menores), y finalmente mediante la globalización (viendo a la pareja como su enemigo). Aquí fue posible observar de primera mano las creencias disfuncionales en las interacciones entre dos individuos. Cada uno se veía a sí mismo como vulnerable y víctima, y al otro prepotente o dominador y victimario o causante del daño. En cualquier caso, fue posible recuperar a estas personas dándoles una mejor condición dado que su animosidad no había llegado a cruzar el punto de no retorno. Note el lector, que los mismos tipos de imágenes y distorsiones cognitivas están presentes en los conflictos entre otros individuos o entre más grandes grupos de personas como grupos étnicos o religiosos y naciones. Estas clases de procesos y distorsiones cognitivas ayudan a explicar el origen de los asesinatos en la guerra y los genocidios.

A la vista de la pertinente observación del profesor Beck, y sabiendo que nuestro sistema político es oligárquico y no democrático, acabo con la siguiente pregunta: ¿está en condiciones la sociedad española de evitar ser manipulada con la distorsión política e informativa?

Es una pregunta que debemos responder, a la vista de las trágicas consecuencias que pueden acarrear todos esos eventos violentos.

Cincinnatus.

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