Acción abstencionaria mensual: Manifestación 9N por la vivienda en Málaga.
Hoy, algunos compañeros de la Junta Democrática de la delegación de Málaga, nos hemos adherido a la manifestación de la vivienda en Málaga. De primeras parecía haber menos gente que el año pasado, pero a lo largo de la misma se fue adhiriendo mucha más gente, y creo que al final había incluso más.
A la salida en la Plaza de la Merced nos colocamos delante de un cartel de Podemos, y pude escuchar perfectamente cómo decían A esta gente hay que quitarla de aquí, poniendo delante de ellos otro tipo de carteles con los cuales no quedará tan mal la foto que le hiciesen. Nosotros llevábamos proclamas del tipo «Solo el pueblo salva al pueblo», «La democracia es poner bajo control al poder político».
A lo largo del recorrido podían escucharse cánticos típicos reproducidos durante años por asociaciones vinculadas siempre a partidos políticos —como siempre sin ir al fondo del problema—; pude escuchar varias conversaciones de personas que hablaban entre ellos diciendo que Al final todos son iguales. Pero lo que me sorprende es que la gente no se dé cuenta de que el problema no es lo que hacen nuestros políticos, sino que el sistema les permite hacerlo.
Cuando llevábamos poco recorrido, parte de los manifestantes empezaron a increpar a personas que simplemente llevaban una bandera de España y unos lemas iguales a los que ellos mismos llevaban. Al verles con la bandera de España les identificaron directamente como nazis o fascistas; prueba de que el Régimen del 78 hizo muy bien su trabajo a la hora de dividir en diferentes grupos a todos los ciudadanos. Podía verse perfectamente diferentes grupos colectivo LGTBI, personas con banderas de Palestina, etcétera.
Siempre que voy a este tipo de manifestaciones suele quedarme un sabor agridulce: por un lado siempre es un placer ver a la sociedad manifestarse, pero por otro lado, no se dan cuenta de que están siendo guiados como corderos por asociaciones vinculadas a partidos políticos —o partidos políticos directamente—. En sus programas siempre está detrás el «quítate tú para ponerme yo» (o a los míos).
Después de lo que ha ocurrido estas semanas en Valencia ojalá sea un punto de inflexión para la forma de pensar de la gente respecto a la política. Ojalá nos sirva a todos para darle una vuelta de tuerca a la forma de actuar respecto a nuestras necesidades; es ahí donde veo clave la vivienda y su problemática. La gente tiene que empezar a moverse por los intereses que tiene la sociedad, y no por las ideologías que implantan los propios partidos y usan para dividirnos.