La falsa democracia española.

Vamos a hablar claro: la democracia hoy no existe, y no va a existir nunca mientras el poder siga en manos de los de siempre.

Un ejemplo que me hace gracia está en El Salvador, un país de raíces hispánicas con el que tenemos mucho que ver, aunque no lo parezca. Los medios comprados por el Régimen del 78 español se quejan del sistema de corrupción política que hay en ese país centroamericano; pero no hacen lo mismo con otros países del entorno o de otras potencias donde la separación de poderes y la democracia brilla por su ausencia.

Señores, vaya hipocresía estamos viendo: a los países occidentales se les llena la boca de decir que son democracias (y mira que lo repiten…) y después se descubren fallos difíciles de explicar a la hora de contar los votos (nula transparencia electoral, busquen y verán…), o que aquí la Justicia es independiente, cuando después los organismos de control judicial y las más altas instancias se modifican al antojo del Gobierno. Y qué decir del Tribunal Constitucional, invento francés de la dictadura napoleónica, y que no sirve para otra cosa que para fallar a favor de lo que desea el caudillo de turno…

Y así un largo etcétera. ¿Demo qué?

Antonio Recio, en la famosa serie La Que Se Avecina dice «marionetas del poder», y quiero que se analice bien esta frase porque las marionetas del poder no son los policías, ni los bomberos: somos el pueblo que, con nuestra inoperancia y pasividad ante «la que se avecina», seguimos alimentando a un régimen del que comen unos pocos y sufrimos muchos. ¡Y todo bajo la cantinela cansina de los medios de que el 78 es una democracia!

El pueblo español reivindicar su derecho a tener representación política. El pueblo español debe poder elegir a quien quiera que lo represente, directamente, por distritos pequeños, con poder de echar al político si incumple el mandato conferido. Si ellos son mandatarios, nosotros somos quienes mandamos ¿o no? Y no lo que tenemos aquí que es una lista de señores obedientes a un partido.

La libertad de pensamiento peligra, y ésta es el presupuesto para la libertad de acción. Los de arriba lo saben bien, y por eso los medios de comunicación masiva están en el ajo, subvencionados por el Gobierno. Son instrumentos del Régimen del 78 para idiotizarnos. Si nos representó en Eurovisión una canción que se llama Zorra… ¿qué país tenemos?

Pero lo que realmente me tiene preocupado es que el Régimen de poder español apenas cambió desde el poder total que tenía Franco y sus ministros. En el 78 hubo un lavado de cara de un régimen que hoy funciona prácticamente igual, en el sentido de que el político de turno que llegue al poder concentra en sus manos la totalidad de los tres poderes del Estado, controlando al Ministerio que es el que cuenta en realidad los votos mediante INDRA (¡también subvencionada, cómo no!), sin que se realice el Escrutinio General por los Jueces como ordena la LOREG. 

Aún así se tiene la osadía de decir que lo que sale de las urnas es lo que ha votado el pueblo. ¿El pueblo ha votado enviar armas a Ucrania? ¿El pueblo ha votado que los políticos tengan controlado el Consejo General del Poder Judicial (órgano supremo de los jueces)? ¿El pueblo ha votado que haya tal disparatado número de políticos, asesores, y senadores? ¿El pueblo ha votado que salgan violadores y terroristas a la calle? ¿El pueblo ha votado que entre la peor inmigración de manera masiva y se formen guetos? ¿El pueblo ha votado la monarquía? ¿El pueblo ha votado la Agenda 2030? ¿El pueblo ha votado que puedan existir partidos independentistas, que la Ley electoral les beneficie injustamente, o que hayan tenido vinculación con actos de fuerza armada?

La respuesta es NO.

Así que, aunque la gente se alarme, diré que El Salvador, tiene la misma democracia que nosotros (es decir, nula); con la salvedad de que, al menos, el señor que está gobernando se salta a la torera los derechos fundamentales sin mentir: a diferencia del resto de los dirigentes de todos los países, que también se saltan los derechos a su antojo, al menos el oligarca de El Salvador no engaña tan descaradamente a sus ciudadanos; no tiene el cinismo de jugar con las ilusiones, y no se jacta de mencionar la palabra democracia, porque, al menos, le asiste la virtud humana de la honestidad.

¿Quiero decir que quiero a un Bukele en España? No: quiero algo mejor, un Ejecutivo directamente elegido por el pueblo español, y sujeto a la vigilancia de unos representantes verdaderos también elegidos por nosotros, y que nosotros podamos echar cuando queramos.

No os dejéis engañar por el relato de los partidos del Régimen español y sus medios: de esa democracia de la boca de unos antidemócratas como los son todos los políticos en España. Porque los políticos de este Régimen electoral pertenecen a una oligarquía antidemocrática, sustentada por un Estado de Partidos (partidocracia) basado en el engaño y la tergiversación de las palabras. Una cosa es lo que dicen y otra la que hacen: la clase política sigue subiéndose el sueldo a placer, sigue nombrando a dedo a sus amigos, sigue acatando órdenes dictatoriales de organismos internacionales que nadie ha elegido…

Ahora me dirijo a ti, lector, de forma particular. Tú sigues trabajando 40 años para cobrar una pensión (si es que la llegas a cobrar). Eso si tienes la suerte de tener un trabajo decente, o de llegar a los años de cotización. Y todo tu esfuerzo para que se lo lleve esa camarilla de oligarcas que se lo reparte primero en sus prebendas, y luego, reparte lo justo en deficientes servicios públicos; lo justo y necesario para que la gente no se revuelva y siga tragando.

¡La esclavitud perfecta!

¡Toda la vida trabajando para que nuestros amos, los políticos, cobren un sueldo vitalicio por haberse «dedicado» unos pocos años (menos de 10) a la pantomima política, y ya tengan acceso a esa prestación, o bien puedan entrar en algún puesto a dedo dentro de los monopolios empresariales del Estado (luz, gas…) que ellos controlan.

La clase política española puede llegar a entrar incluso en entidades bancarias, empresas que por fas o por nefas tienen un poder alto en las políticas del Estado, porque son las que dan el dinero a los partidos (millones) sin pedir que se los devuelvan en metálico… sino en favores y privilegios legislativos.

Eso es el Poder. Eso es la Oligarquía. ¿Demo qué?

La verdad, yo no sé qué diferencia hay entre lo que tenemos y una dictadura. Bueno… la verdad es que sí lo sé, y la respuesta es el gasto público: una dictadura al menos le sale más barato al gobernado.

Si te pareció interesante, ¡compártelo!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *