Día de la Hispanidad: instamos al pueblo español a la REBELIÓN pacífica frente a todos los partidos.
Compatriotas españoles:
La Junta Democrática creada en el año 1974 para la liberación del pueblo español, ha sido refundada. No perseguimos el poder político, nos repugna, lo consideramos peligroso.
La Junta Democrática viene a proteger al pueblo. Viene a traernos un sistema de control del poder, para que el poder político esté en todo momento en manos de nosotros, los votantes, los gobernados.
Nuestro fin ser el vehículo de un sistema, no venimos a traer ninguna ideología. No somos ni nunca seremos un partido político, de hecho, venimos para que nos organicemos y todos juntos nos protejamos de los partidos políticos.
Ya hemos visto lo peligroso que es para todos dejar todo el poder en manos de los partidos políticos: ellos hacen y deshacen, ellos controlan a los jueces, crean organismos y duplicidades para vivir a nuestra costa, y disparan los impuestos, la deuda pública y los precios a niveles históricos que nunca hemos visto.
Venimos a deciros, políticos del sistema: ¡Basta ya! ¡El pueblo ha despertado!
El pueblo debe tomar una nueva consciencia. La verdad nos hace libres. Tenemos que saber la verdad y detener ya de una vez las mentiras de los políticos que os repiten una y otra vez para comeros la oreja y engañaros. ¡Se acabaron las mentiras!
Empecemos por el principio: la primera mentira que nos cuentan es que España tiene una Constitución. No es verdad. Nuestra nación carece de Constitución.
Según el artículo 16 de la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano, «Una sociedad en la que la garantía de los derechos no está asegurada, ni la separación de poderes determinada, no tiene Constitución».
Respondedme a esto: ¿existe la separación de poderes en España?
Respondedme a esto: ¿en España hay entonces una Constitución?
Lo que tenemos se denomina una Carta Otorgada por el Estado. Es una Carta Otorgada porque fue redactada desde arriba por las oligarquías del 78, e impuesta hacia abajo, hacia un pueblo temeroso y desorientado en aquel momento. Esta Carta Otorgada del 78 fue redactada en secreto, deprisa y corriendo a puerta cerrada, por tan sólo 7 patriarcas de los partidos políticos de aquel momento. Y sólo fue votada por el 67% de la ciudadanía, en ese clima de gran agitación social y gran temor.
¿Acaso se dice algo de esto en los medios? ¿Escucháis a algún político que diga esta verdad?
La Carta Otorgada del 78 fue votada tan sólo por un 67% hace más de 40 años. Nos impusieron desde arriba el sistema que los partidos quisieron, y que les da todo el poder a ellos, a los partidos.
La falta Constitución de 1978 no confiere ningún poder real al pueblo, sino únicamente a los jefes de los partidos políticos. Las cúpulas de los partidos políticos eligen el Gobierno, elaboran las Leyes y hasta controlan la fiscalía y los organismos supremos del Poder Judicial y del Tribunal Constitucional. Y no sólo eso, el Gobierno hasta puede indultar y dejar sin efecto cualquier sentencia del Poder Judicial.
Respondedme a esto: ¿existe la separación de poderes en España?
Respondedme a esto: ¿en España hay entonces una Constitución?
Vamos a la segunda mentira que nos cuentan. Los políticos nos mienten a diario desde las instituciones diciendo que hay democracia. Si la democracia es el poder del pueblo ¿qué democracia hay cuando el poder está en las cúpulas de los partidos?
Los políticos hacen y deshacen, todo al margen del pueblo sin preguntarnos nunca. Nosotros sólo podemos obedecerles, decirles «Sí buana» hagan lo que hagan. Lo único que podemos es esperarnos 4 años, ¡4 años señores!, para luego votar unas listas de personas de partido, unas listas elegidas también por los partidos, cómo no. Y esos diputados de partido NO representan al pueblo, sino que trabajan para los partidos y que obedecen a las cúpulas de los partidos.
Respondedme, ¿qué clase de democracia es esa?
En 1978 los partidos lo dejaron todo «atado y bien atado» para silenciar y vivir a costa del pueblo, con un «café para todos» en su menú partidocrático. Aprovechándose del miedo y la confusión reinantes en esos años de Transición, arrebataron a nuestro pueblo la Libertad Política Colectiva para darnos una verdadera Constitución, tras un sereno periodo de Libertad Constituyente donde establecer un debate racional y sano en el seno social.
Un periodo de Libertad Constituyente para que todos decidamos el mejor de los sistemas políticos, el mejor de los sistemas donde el pueblo mande de verdad y controle a los políticos de verdad. Esto es la verdadera democracia: armonizar de verdad los intereses del pueblo con los intereses de la clase gobernante que el mismo pueblo elija.
En España no es así: cuando en este país se vota, lo que se eligen son listas de partido, de diputados leales al partido que los pone en la lista, diputados sin personalidad propia.
En el Congreso no tenemos representantes. Es todo mentira. El Congreso es hoy un circo, una pantomima donde no se discute nada. Los diputados del Congreso son personal obediente al partido, no deciden nada, sino que aprietan el botón que les manda el partido. Son personal que trabaja para el partido y no para los ciudadanos, ya que no pueden ser controlados y ni siquiera revocados por los votantes.
Los diputados en España trabajan para los partidos, no para los ciudadanos que les votamos. Por eso hay un abismo entre la clase política y el pueblo.
Respondedme a esto: ¿en España el pueblo tiene representación política?
Respondedme a esto: ¿en España entonces hay democracia?
Lo que tenemos en España se llama partidocracia en la más rigurosa ciencia política. También se la denomina oligarquía de partidos. Eso es lo que tenemos en España, y no democracia.
Y como hemos dicho, la Ley Fundamental del reino de España es técnicamente una Carta Otorgada estatal, no es una verdadera Constitución, ya que no hay ni por asomo separación de poderes.
Quienes se aprovechan de nosotros, los políticos, viven de estas dos mentiras. Pero ya no nos engañáis más señores políticos. Se acabaron ya los partidismos. Se acabó la partidocracia. El pueblo es el único que puede solucionar esto, no un partido. Ya se acabó la era de los partidos.
El pueblo manda, y ustedes ahora van a trabajar para el pueblo. Ustedes van a ser servidores del pueblo, como siempre debió ser. Sabemos ya la verdad, sabemos cómo ser libres. Y ahora nos estamos organizando por toda España para echarles.
Cambiaremos el sistema. Sin algaradas. Con tranquilidad y educación. De manera ejemplar, sin ambiciones ni oportunismos. Mirando a las generaciones venideras, cosa que ustedes nunca hicieron con sus desmedidas ansias de poder y dominio. Les vamos a echar del poder. Oídnos bien. Ustedes se van a ir.
Nuestra lucha es pacífica, de resistencia civil activa. No les vamos a votar nunca más. ¡Yo no voto!
Nuestra lucha es pacífica y activa. Movilizaremos el país de punta a punta, con abstención fiscal si hace falta. Incansablemente, y siempre con la fuerza de la paz y la más intachable ejemplaridad de nuestro lado. Sin crispación, estamos hartos de ideologías y enfrentamientos banales. Iremos a la raíz del problema, que sois ustedes señores políticos, o mejor dicho, la partidocracia sin control alguno, del chollo que tenéis los políticos de este sistema.
Retomaremos lo que la partidocracia usurpó en el año 78: la Libertad Política Colectiva de la nación española para darse a sí misma una verdadera Constitución y una verdadera democracia: con representación real del ciudadano y poder de revocación en todo momento, para controlarles a ustedes. Se os acabó el chollo. La fiesta del Estado, se ha acabado.
O el pueblo arregla esta situación, o nadie lo hará. Ustedes desde luego, señores políticos, no lo van a hacer. Ustedes seguirán comiéndonos la oreja con promesas que se las lleva el viento, mientras se sientan en sus sillones que nosotros les mantenemos, a costa de un expolio fiscal slavaje al pueblo. Esa es la consecuencia de haber establecido una partidocracia en 1978.
Esta es la consecuencia de no controlar el poder: que se extiende como un parásito y enferma a todo el cuerpo, a todo el país. Esta es la consecuencia de la partidocracia de 1978.
De aquellos barros, estos lodos. La partidocracia ha arrasado con el país. España está destrozada. La industria desmantelada y vendida al extranjero. Las arcas públicas más endeudadas que nunca en toda nuestra historia. ¡En toda la historia! La inflación por las nubes. La política exterior española sometida a potencias extranjeras. Y los españoles estamos más crispados y divididos que nunca entre nosotros con ideologías falsas que ustedes inoculan a diario a través de la propaganda en sus poderosos medios de noticias, con periodistas y programas de radio y televisión al servicio de la partidocracia.
Pero ya hemos despertado y empezamos a movilizarnos. El miedo va a cambiar de bando señores. Ya no les tendremos más miedo a los gobernantes; ya no vamos a votar más por resignación ni miedo a que salga el otro partido que nos parezca «peor». Ya no. Se acabó la rueda del hámster. ¡Abstención activa y movilización nacional contra este sistema!
Nosotros pagamos, nosotros mandamos. Ejerciendo la Libertad Política Colectiva, podremos controlarles a ustedes en todo momento, señores políticos. Se convertirán en verdaderos servidores públicos. Trabajadores para el pueblo, y nosotros seremos sus jefes; nosotros podremos echarles si no cumplen como a cualquier otro trabajador. Se acabaron ya sus chiringuitos, sus privilegios, sus saqueos, sus duplicidades, sus indultos, sus enchufismos, sus organismos inútiles. La fiesta del Estado, se ha acabado.
Estamos viviendo momentos históricos para la nación española. Somos un pueblo que deslumbró a todo Occidente en Tartessos; somos duros como el acero toledano; capaces de acometer las más grandiosas gestas como hicimos en el Nuevo Mundo.
Y ahora nos toca retomar con una inexpugnable consciencia aquella tarea pendiente que nos dejamos como pueblo en 1978.
La Junta Democrática de España, así como ya hizo en el año 1974, se está organizando por delegaciones en todas las ciudades de España. Tenemos presencia cada vez mayor en las calles y plazas de las principales ciudades españolas. Este movimiento colectivo de todo el pueblo español crece, y ningún partido podrá acapararlo ni absorberlo, porque es de todos, del colectivo.
Ya no nos dejaremos embaucar por miedos, ni nos dejaremos desviar por oportunistas del Estado. Porque ya conocemos la singladura de la Libertad Política Colectiva, inequívocamente trazada por uno de los mayores intelectuales españoles del siglo XX: D. Antonio García-Trevijano y su incalculable legado libertador.
Ciudadanos de Málaga: Acompañados junto a nuestros compatriotas por toda España. Alcémonos sin divisiones ni ideologías contra toda la clase política y su falsa democracia.
¡Abajo los tiranos! ¡Abajo la partidocracia! ¡España será una democracia!