Marcha Abstencionaria: crónica del 3 de junio de 2022.
Con el objetivo de concienciar a la gente y llegar al máximo número de personas posible, decidimos realizar una marcha, en fila india y cada cual levantando una pancarta en alto.
No éramos muchos —apenas cinco— y dudábamos si quedarnos en la Plaza Reyes Católicos de Fuengirola o emprender la marcha. Al final optamos por ello y la decisión fue la mejor.
Recorrimos el animado centro de Fuengirola ante las miradas de la gente. Tanto a nacionales como a turistas, a todos les llamaba la atención. Durante toda la marcha fueron muchos los que nos animaban con aplausos, gritos e incluso desde los coches.
Algunos conocían la Junta Democrática, y otros, aunque no la conocían, simpatizaban con la abstención al ver los carteles que incitan a no votar. Esta es una de nuestras metas: que las personas cansadas del sistema partidocrático que tenemos no solo no voten, sino que se asocien a la Junta Democrática; porque no nos debe mover el hastío ni la indignación, sino que tenemos que avanzar teniendo claro adónde queremos ir y cuáles son nuestros objetivos.
Cuando marchábamos por el paseo marítimo, un grupo perteneciente a la Agenda 2030 que estaba allí con sus pancartas nos pararon nada más nos vernos. Ellos tienen muchos objetivos comunes como acabar con el abuso de poder de los gobiernos, perfectamente compatible con la Junta Democrática, por lo que estuvimos charlando con ellos y nos dieron muchos ánimos.
Entre las muchas muestras de acogimiento que nos dieron, destacar la de una mujer que nos preguntó que si no votábamos nuestro voto iba para el partido más votado. Ella creía que votar en blanco era rechazar el sistema y nosotros la convencimos de que al votar en blanco aceptaba las reglas de juego de la partidocracia, y que el voto en blanco se los reparten los partidos. Ella tenía muy claro que España no era un democracia y rechazaba el sistema político, pero no sabía cómo proceder. Esto lo vemos como consecuencia del adoctrinamiento que ejercen los partidos con el fin de perpetuar el sistema a costa del cansancio de la gente.
Mientras pasábamos por la puerta de un restaurante, un camarero nos mencionó a los diputados a distrito, lo cual nos sorprendió y nos hizo ver que la gente se va concienciando cada vez más. Un chico nos paró y nos preguntó que qué eramos nosotros y le dijimos que trataba de una asociación civil; él tenía claro que había que «echar a todos los políticos»; sin embargo, no estaba convencido de no votar, algo que comparte la gran mayoría de personas pero que no saben cómo actuar. Pero la Junta Democrática tiene la respuesta: la abstención da más poder al pueblo y se lo resta a los partidos estatales. Al final de la marcha fuimos a hacernos fotos junto a los carteles de la campaña electoral que estaban colocados en la una calle, y después acabamos en el Ayuntamiento.
¡Una gran jornada que sin duda repetiremos!