Domingos de Acción Constituyente: 6 de febrero de 2022.

Bueno pues me acabo de levantar, le he dado un beso a mi mujer y otro a mi niña, he cogido al perro, me he vestido, le he puesto la correa y lo he sacado y nada más pisar la calle he pensado:

«Bonito día para empezar a cambiar el mundo»

Y he pensado al instante en todos vosotros, cada uno en su casa, cada uno con su vida, con sus problemas, con sus éxitos y sus fracasos, pero todos con el mismo techo que no nos deja respirar y todos dispuestos a lo mismo y cada vez más y cada vez somos más.

Hoy es el primer día que he sentido al ver el mundo que estamos cambiando algo.

Ánimo desde aquí a cada uno, quien quiera que seas, un abrazo y buenos días.

Comparto este mensaje que nuestro brillante compañero Paco de Alhaurín mandó al grupo. De algún modo tocó una fibra profunda en mí, y me hizo entrever los lazos espirituales que nos unen.

Como colectivo, como cultura, estamos ligados por las fuerzas invisibles de los anhelos y los deseos en común. En la acción política me he dado cuenta de que el mundo interior es exactamente igual que el mundo exterior. Ambas dimensiones se entretejen, siendo en realidad indistinguibles una de otra: cambiar el mundo te cambia a ti, y si tú cambias, el mundo también lo hace.

Ahora comprendo de manera profunda aquello que grandes libertadores colectivos como Gandhi decían:

Si pudiéramos cambiarnos a nosotros mismos, las tendencias en el mundo también podrían cambiar. Tal y como un hombre es capaz de transformar su propia naturaleza, también cambia la actitud del mundo hacia él. No necesitamos esperar a ver lo que hacen los demás.

Ello se resume en la máxima «Sé el cambio que quieres ver en el mundo». Ahora comprendo que no tiene sentido tratar de cambiar el mundo si no quieres cambiar de verdad en tu interior, si no quieres cambiar de verdad tu vida. La transformación en ti es condición indispensable para un cambio en lo que hay fuera. Así, si buscamos un sistema que no se base en el abuso de poder, que sea decoroso y digno, y que actúe en beneficio de todos, primero asume en ti todas esas virtudes: no abuses ni de ti mismo ni de otros, aunque ello implique reconocer que te equivocas; sé decoroso y digno, aunque eso te cueste reconocer que no lo has sido; y actúa con sabiduría, aunque eso te haga cambiar tus hábitos.   

Conviértete en un ejemplo vivo de las más elevadas virtudes humanas. Y entonces la Luz única e irrepetible de tu interior saldrá hacia el exterior, transformando las cosas de manera única e irrepetible. Si nadie actúa, entonces actúa tú; si nadie hace nada por su país, entonces sé tú el primero en tomártelo en serio y cambiar de verdad tu vida para hacer algo, por pequeño que sea.

Las personas se suelen quejar del mundo y desean cambios, pero no están preparadas para asumir un cambio en sus vidas. Suelen decir que España necesita un cambio, pero mientras lo dicen, ellos siguen igual y haciendo lo mismo. ¡Qué incoherencia!

No se toman en serio la acción política constante, como si eso no sirviese para nada, y siguen haciendo lo mismo con sus vidas. ¿Qué cambio político van a esperar si es lo que llevan haciendo siempre? La actual época del caciquismo de partidos nos ha traído abusos y bajeza: ¿por qué esperar a que los caciques de nuevos partidos nos digan (otra vez) que ellos sí cambiarán las cosas? Eso es poner otra vez fuera de nosotros la responsabilidad. Pensar sólo en lo exterior pertenece a una era pasada: la época nueva que alumbraremos crecerá del germen de la conciencia interior; de la conciencia de que el ejemplo de todos y cada uno de nosotros no sólo es importante, sino que es esencial para el mundo.

Como todos los domingos, algunos libertadores colectivos hemos acudido a nuestra cita en la plaza. Allí estuvimos Eliseo, Joana, los dos Juanes, María Luisa y los dos Franciscos: el historiador y el de Alhaurín. Este último, acudió por primera vez a la plaza con nosotros, y nos regaló su desbordante simpatía y sus buenas ideas. También estuvo Vishnu, mi perruno Guardián Espiritual, quien por lo visto, es también un líder de las masas caninas sin que yo lo supiera, porque de repente la plaza se atestó con decenas y decenas de perros (la mayoría galgos) por una manifestación animalista que pasó por allí por la cara y se puso alrededor nuestra.

Si haberlo esperado, estuvimos de pronto rodeados de un regimiento de perros. En medio de la manifestación éramos el centro de todas las miradas, y entonces supimos que formaremos una gran manada. Como dice nuestra Maricarmen Mestanza: Somos una célula, pronto seremos un tejido.

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