Unión frente a los partidos del sistema.

Este escrito va dirigido a todos los españoles y españolas que se sienten abandonados por nuestra Administración. El que fuera presidente de la República Francesa, Charles de Gaulle, afirmó que He llegado a la conclusión de que la política es demasiado seria para dejarla en manos de los políticos. Tenía razón: la política no la deben hacer nuestros gobernantes, ya que todo en nuestra vida gira en torno a ella.

Pongamos un ejemplo. A la hora de ir a comprar el pan, nos afecta lo que se decida políticamente: el precio y los impuestos que nos cuesta, así como posibles restricciones en materia de tráfico, la regulación de las normas que hay que cumplir para acceder al lugar, o incluso la procedencia de la forma de pago.  Entonces, ¿por qué dejamos en manos de unos pocos asuntos tan serios como nuestra supervivencia, la economía o la dirección de un país?

Perdonen mi osadía, pero considero que no es suficiente que nuestros gobernantes nos pregunten cada cuatro años, qué partido queremos, y que después hagan los «chanchullos» que ellos quieran y realicen sus «acuerdos de gobierno». según ellos. para dar una «gobernabilidad» a un país. ¿Pero qué «gobernabilidad» es llevarnos a un abismo? La realidad es que nos han vendido un cuento, o más bien una de esas historias de terror que a más de uno nos han impedido dormir por la noche. Pero lo verdaderamente alarmante es que la realidad supera a la ficción y me entristece ver a la sociedad manejada por unos pocos, y que la sociedad siga dormida en un profundo trance.

Estos sujetos que se hacen llamar «políticos» juegan con tus pensiones del futuro, con tus prestaciones, con tus impuestos, con tus ilusiones, faltando a la verdad, teniendo cuentas en Suiza, subiéndose los sueldos en tiempos de pandemia… pero lo más indignante son los pactos que realizan entre ellos sin importar lo que el pueblo ha votado. Entonces ¿dónde está la diferencia entre una dictadura y la democracia? Para ello extrapolaré el pensamiento del célebre poeta Bukowsky: La diferencia entre una democracia y una dictadura consiste en que en la democracia puedes votar antes de obedecer las órdenes.

¿Con eso nos conformamos? ¿Con poder votar antes de que nos manejen de forma déspota? Considero que el Antiguo Régimen ya ha pasado, o al menos en teoría, pero  a mi humilde entender nuestros políticos no buscan el bien de la sociedad, sino el suyo propio: se encargan de mantener sus privilegios como sus fueros, mantener sus dietas… en vez de atender a las verdaderas necesidades de los ciudadanos. Al unísono de lo anterior, otro de los privilegios que más me preocupa es la inmunidad que tienen, en el sentido de que, si un político hace mal su trabajo, si se queda dormido en su trabajo, si está jugando con el móvil en su trabajo o directamente no va sin dar explicaciones ¿Quién le despide? ¿Qué responsabilidad asume? ¿Y si lo hace un trabajador en una empresa privada o pública?, ¿sucede lo mismo? ¿o debe responder de alguna forma? Los ciudadanos deberíamos ser los «jefes» que han contratado el servicio de los políticos, y si incumpliesen o demostrasen ser incompetentes para el puesto, poder echarlos a la calle como a cualquier otro trabajador. ¡Pero en España no es así aunque parezca increíble!

Por último os diré que nuestros antepasados lucharon y dieron su vida por dejar a sus seres venideros un sistema justo, libre y garantista, y con nuestra indolencia frente a todo, el ponerle pegas a toda alternativa, y nuestra dejadez en suma, hemos permitido que nuestros gobernantes realicen las mismas fechorías que sucedían hace años, pero con las agravantes de ahora tener más constancia de alguna de ellas (siendo imposible conocerlas todas) gracias al avance tecnológico en los medios de comunicación. Deberíamos hacer caso a lo que narra nuestra Historia, ya que cuando España se ha unido y ha luchado junta, hemos conseguido logros tan importantes como la hispanización de medio mundo, o la Constitución de 1812, texto que para la época era de los más liberales. 

No dejemos en manos de unos pocos lo que por derecho nos corresponde a todos. Lucha por tu libertad, por tus derechos, como lo hicieron los antepasados por ti. Ahora nos toca hacerlo a nosotros para regalárselo a nuestros descendientes. No esperes más, que cada segundo cuenta; mas cada segundo que perdamos significa perder derechos y que sigan jugando con nuestra libertad y nuestro futuro.

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