La ceremonia de la confusión o cómo distinguir las voces de los ecos.

Del error se sale, 

de la confusión no.

—Antonio García-Trevijano.

En Riogordo, un pueblecito de la Axarquía Malagueña, a tan sólo 40 minutos con automóvil de la capital, nació mi abuelo materno. Hombre cabal donde los hubiera. En este enclave privilegiado, rodeado de montañas, aguas limpias, trigales, olivos y huertos, el aire es seco y puro y su gente leal a la naturaleza que les preña.

Alejado allí de voces extraviadas, bullas innecesarias y diálogos sordos, pienso en la confusión mental de mis compatriotas. Reflexión y contemplación; luz de estío; paseos peripatéticos y charla pausada con los parroquianos, templan mi ánimo y avivan mis sesos.

En plena libertad de pensamientos un torrente de palabras brota a borbotones, de mi cerebro a mis labios y de éstos al papel escrito. Palabras tras palabras, que transcribo en ésta mi columna mensual.

El español confunde: resistencia con conspiración. Igualdad con igualitarismo. Historia con memoria. Inclusión con educación. Libertad de pensamiento con libertad de expresión. Ideal con ideología. Democracia con Partitocracia. Constitución con Carta Otorgada. Ciencia con cientificismo. Pandemia con cuentos chinos. Lo político con la política. Todos con todas. Izquierda con caviar y caniche. Derecha con solución. Centro con corriente política. República Constitucional con II República. Transición con transacción. Culo con las témporas. Estado Democrático con Estado de Derecho. Libertad con derecho. Sujeto político con sujeto de partido. Dictadura con Oligarquía. Oligarquía con Democracia. Representación con lista de partidos. Nación con Estado. Leyes con gobierno. Parlamento con bancos azules del gobierno. Rey con virtud. Honor con República. División de poderes con división de funciones. Tribunal Constitucional con Tribunal de Justicia. Constitución formal con Constitución material. Corrupción moral con corrupción económica. Ministerio de Justicia con Independencia Judicial. Elección de Órganos de Gobierno del Poder Judicial con cuotas de reparto de poder de los partidos políticos. Prensa con imparcialidad. Hegemonía cultural con tejeringos. Orgullo con soberbia. Güelfos con Gibelinos. Capuletos con Montescos. Elegir con votar. Democracia representativa con democracia directa. 15M con ruptura. Comunismo con Podemos. Izquierdas con Izquierda Unida. Anarquismo con realidad. Opinión argumentada con fascismo. Influencia de la mujer con feminismo de no se qué ola. Poder de la mayoría con minorías identitarias. Ruptura con reforma. Traición con lealtad. Poesía con bacalao. Pintura con monocolor. Arquitectura con Santiago Calatrava. Verticalidad con horizontalidad. Concordia con colusión. Solidaridad con justicia. Respeto con mojigatería. Consenso político con consenso social. Novela con best seller. Flamenco con olé. Música clásica con siesta. Cultura con Postmodernidad. Alta cultura con baja cultura. Economía real con economía financiera. Independencia de las naciones con globalismo. Arriba con abajo. Ciclos climáticos con cambio climático. Amor con jamón cocido. Alegría con algarabía. Pueblo con muchedumbre. Soberanía con marca de coñac. Demagogia con verdad. Emigración con inmigración. Discurso con verborrea. Sexualidad con sexo. Palabra dada con palabra quitada. Cervantes con el resto. Alonso Quijano con mi primo hermano. Estoicismo con Epicureísmo. Aceptación con debilidad. Realidad con telerrealidad. Pandemia con miedo a vivir. Verdad con relatividad. Esperanza con sueño. Ilusión con fantasía. Fe con ceguera. Abstención con voto en blanco. Repúblico con republicano. Libertad de Cátedra con funcionariado. Liberal con demócrata formal. Libre mercado con mercachifles. Filantropía con Bill Gates. Periodo constituyente con proceso constituyente. Descentralización del Estado con Estado autonómico. Internacionalismo con Estado plurinacional. Estado federal con estado confederado. Derecho a decidir con autodeterminación. Referéndum con plebiscito. Presidencia del Estado con Jefatura de Gobierno. Diputado de distrito con un tío que no conoces. Distrito con tu bloque.  Revolución Norteamericana con Revolución Francesa. Intervención del Estado con economía planificada. Nacionalismo con Estatalismo. Libertad política colectiva con mi libertad termina donde comienza la del otro.

Si tienen alguna duda, les sugiero que lean: «El hombre que confundió a su mujer con un sombrero» de Oliver Sacks.

Para finalizar estos versos del poeta J.A. Goytisolo:

 Érase una vez

un lobito bueno,

al que maltrataban

todos los corderos.

Todas estas cosas

había una vez,

cuando yo soñaba

un mundo al revés.

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